Hoy os hablo desde Almería (Andalucía, España), una pequeña ciudad capital de la provincia de su nombre, ubicada junto al Mediterráneo y mirando al sur… Y quería contaros que hoy es una ciudad llena de vitalidad y de futuro como consecuencia de muchas cosas que se han hecho bien a lo largo de la última generación… o lo que es lo mismo, durante cinco legislaturas municipales durante las que primero se diseñó, se debatió y se aprobó cómo querían que fuese la Almería soñada; y luego, pacientemente, los diferentes alcaldes y sus equipos han trabajado para ejecutar un mismo proyecto de modo que, como os decía, hoy estamos hablando de una ciudad llena de modernidad y de calidad de vida… que para nada se parece a aquella ciudad provinciana en la que empezaron a trabajar las primeras corporaciones democráticas de los años 70 y 80 del siglo pasado.
En aquel PGOU que entró en vigor en 1996 se proyectaron las infraestructuras esenciales para articular la ciudad y hacerla más próspera y eficiente, se regularon los parámetros a aplicar en las futuras edificaciones, se sentaron las bases para proteger y revitalizar el centro histórico y el patrimonio cultural local, se reforzó el papel del centro urbano como espacio comercial, se proyectó cómo transformar las “ramblas” que fragmentaban a Almería en modernos bulevares llenos de vida, se establecieron estrategias para dotar de aparcamientos para la población residente ubicados bajo los nuevos espacios públicos con lo que se empezó a diseñar una ciudad para los peatones, se dotó de sentido a la red viaria principal y se resolvieron sus conexiones con las principales autovías que la conectan con el resto de su provincia, con Andalucía y con otras regiones del país, se ideó todo un sistema de carriles bici que hoy recorren la ciudad, se mejoró la apertura hacia el mar con el diseño de todo un sistema de paseos marítimos que hoy están llenos de vida, se proyectó la modernización y ampliación del puerto y se sentaron las bases para que el antiguo ferrocarril que transportaba las mercancías pueda modernizarse sin aquellos impactos ambientales de antaño, se proyectó la llegada de nuevas actividades comerciales y económicas y se diseñaron los nuevos barrios, desde planteamientos modernos y atractivos…
Y esta transformación ha sido posible por muchas razones, todas ellas importantes, de las que apuntaré algunas de ellas:
– La existencia de un marco normativo regional que reforzaba la planificación urbanística municipal (PGOU) como elemento articulador de todas las políticas sectoriales públicas y privadas, dotada de la institucionalidad necesaria como para que se pudiese llevar a cabo en el tiempo, y más allá de los tiempos de la gestión política.
– La consideración, por exigencia legal, de otras legislaciones de vital importancia para la adecuada configuración de la ciudad tales como la ambiental, la cultural, de carreteras, o la de cauces, por ejemplo, así como la progresiva coordinación entre diferentes instituciones públicas tales como el Registro de la Propiedad, el Catastro, y la Fiscalía para la protección del Medio Ambiente.
– La existencia de unas corporaciones municipales democráticas que han sabido velar por los intereses de los almerienses, dotadas de un cuerpo de asesores (función pública) cualificado y con estabilidad.
– El afán de todas las administraciones del estado por ceñirse razonablemente a lo planificado.
– Y, por supuesto, que Almería supo dotarse de un excelente Plan General de Ordenación Urbanística que a la postre ha sido el guion de esta espectacular transformación urbana, algo imprescindible pero en absoluto suficiente.
En fin, yo tuve la oportunidad y el honor de formar parte de aquel equipo técnico que trabajó durante los primeros años de la década de los 90 en aquel PGOU, y ahora que la vida me trajo a Almería estoy empezando a comprobar como ciudadano las excelencias de todo el proceso que se ha llevado a cabo… ¡Felicidades Almería!