José Torres Hurtado nació un 15 de octubre, igual que El Gran Wyoming; aunque uno se dedicó al humor y otro a la política. Casualidades de la vida, Sebastián Pérez también nació un 15 de octubre. Según el Google -hoy voy de periodismo de investigación- quienes vinieron al mundo un día como este mantienen un “sorprendente control sobre su entorno” y “alcanzan sus metas mundanas induciendo a otros y manipulando materiales para conseguir lo que quieren”.
Creo en los horóscopos lo mismo que en los políticos, porque ninguno de los dos cumplen sus promesas cuando aseguran que me irá mucho mejor en la vida.
Resulta que el pasado 15 de octubre, y a modo de regalo de cumpleaños, Torres Hurtado repitió que está dispuesto a ser el candidato a la alcaldía en las próximas municipales.
El lunes le preguntaron a Sebastián Pérez por esta posibilidad y, tras celebrar que al alcalde mantenga intacta su “ilusión”, matizó que serán los que mandan en el partido, en Sevilla y en Madrid, los que “pondrán a todos en el lugar oportuno”.
No estuve allí para ver qué tono empleó Sebastián y si al acabar puso esa sonrisa que suele esbozar cuando conoce el final de la película. Pero al leer las declaraciones me recordó cuando lo entrevisté en diciembre de 2005.
Afloraban entonces las fricciones entre la cúpula provincial y el todopoderoso concejal Luis Gerardo García Royo. Pululaba por Granada el expresidente del Real Madrid Lorenzo Sanz, de quien se especulaba que quería hacerse con el entonces ruinoso club de fútbol de la ciudad a cambio de un pelotazo urbanístico. Desde algunos sectores filtraron que el patriarca de los Sanz estuvo reunido con Sebastián Pérez, algo que el presidente provincial del PP negó. Sin embargo, García Royo tuvo una respuesta mordaz cuando le cuestionaron si creía la versión de su compañero de corporación: “Si él lo dice, será verdad”.
Sebastián Pérez se guardó la respuesta dos meses. Entonces, cuando le pregunté si pensaba que Nino iba en serio cuando aseguraba que no se veía repitiendo en las listas, Sebas le pagó con la misma frase: “Si él lo dice, será verdad”.
En esa ocasión sí puso esa cara de quien sabe cómo acaba la historia, que no fue de otra forma que con García Royo fuera de la candidatura en contra de su voluntad.
No sé por qué, recordé esta anécdota cuando leí eso de que los órganos del partido pondrán a todos en el lugar oportuno.
Y se sabrá antes del próximo 15 de octubre.
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