Vale que el Granada CF no está respondiendo, que ya son demasiados palos o que hay que remontarse hasta el 30 de septiembre para encontrar una victoria liguera en el nuevo estadio de Los Cármenes. Demasiado tiempo. En eso creo que estamos todos de acuerdo.
Pero lo cierto también es que para vencer hoy a la Real Sociedad sólo hay un camino. Y no pasa precisamente por impacientarse o por vomitar sobre el campo, a la más mínima de cambio, las frustraciones de tanta decepción.
Que en el recinto del Zaidín se vuelva esta tarde a crear una atmósfera infernal será, en primer término, la confirmación de la peor de las pesadillas del cuadro donostiarra. El escenario que han venido temiendo sus jugadores durante toda la semana.
Y, por otro lado, el marco ideal para que los rojiblancos se sientan respaldados, apoyados en el fragor de la incertidumbre, e impulsados cuando las piernas sólo respondan a chispazos emocionales. Para que, en definitiva, se sientan en su casa. Y esto es algo que también sabemos todos.
Apostemos pues por lo que sabemos que da resultados, por lo que funciona, y ya si quieren el lunes retomamos los debates y nos desangramos (zas-zas) tratando de imponer nuestros argumentos. Pero ya saben, primero lo inteligente.