Fue el propio Abel Resino quien al término del partido ante el Málaga CF señaló, sin que nadie le preguntara, que el delantero Riki tenía todavía que aportar mucho al Granada CF. Principalmente, decía el toledano, por su capacidad “para desatascar partidos” y su “experiencia”, que es lo que a bote pronto me viene a la memoria.
Por eso, me surge la duda de qué es lo que tuvo que pasar por la cabeza del entrenador cuando en el partido de Vallecas, que se puso aún más cuesta arriba, el ariete madrileño jugó menos que entonces y en el del Eibar, ni actuó porque es que ni siquiera fue convocado. Y eso ya fue algo que sí que me llamó poderosamente la atención porque el partido disputado ante los armeros era de los que podía preverse que se atascan. “Paciencia y no perder la cabeza”, alertaba en la previa el director deportivo Juan Carlos Cordero.
En el marco de una de esas operaciones que al principio se aplauden, pero después se le ponen pegas con el ventajismo de saber qué ha ocurrido, Riki fue fichado en junio de 2013, en las previas de cumplir 33 años. Una edad, quiero decir con esto, con la que ya se presumía que el futbolista no iba a estar para muchos trotes, y menos para los que les pidieron Alcaraz y especialmente Caparrós. Pero en la que sigue estando facultado, coincido con Resino, “para desatascar partidos”, aportar “experiencia” y a lo mejor –esto es de cosecha propia– hasta para sumar algún que otro gol. Por lo pronto, en las pocas ocasiones en que ha salido, ha intervenido en la fabricación de algunos.
Por eso, me llama poderosamente la atención su situación o cómo Resino no ha sido consecuente con sus palabras.
Cada día estoy más convencido de que a Riki no se le ha sabido sacar provecho en el Granada CF.
PD: Pese a que ha marcado muchos a lo largo de su carrera, y de ahí al importante número de ofertas que rechazó antes de venir al Granada CF, Riki no responde al perfil de goleador nato. No queramos ahora que salga diez o quince minutos y resuelva los partidos, que me lo veo venir y eso está al alcance de muy pocos. En función de aquello de lo que disponga, exijámosle lo que puede, que a la vista de cómo está el asunto no es poco.