De aquí a unos días, el ex técnico del CD Baza José Miguel Campos firmará su renovación con el Real Murcia. El de Mazarrón, no lo hizo con anterioridad, hace ya que se le ofreció continuar, porque deseaba que se le cuantificaran los honorarios «en su justa medida». En el filial pimentonero, que es donde recaló hace dos campañas y empezó la actual, tenía un sueldo mensual de 5.000 euros netos (una cifra que no iguala, según me dicen, lo que llegó a ganar en su última etapa bastetana). Y justo tras haber promocionado al primer equipo grana, se le subió algo el salario, aunque no lo suficiente para equipararlo a lo que tiene que percibir «un entrenador de un equipo puntero de Segunda», según decía. Y mucho menos, para mantener la autoridad en su vestuario, en el que los jugadores ganan por término medio 500.000 euros brutos anuales. Total, que en breve se comprometerá por una temporada más con opción a otra como colofón a una negociación en la que insisten no ha estado representado. Y eso sí que me sorprende dada su anterior relación profesional con el agente Loren, que es quien lo trajo por estas tierras y nutría sus plantillas.
Dejando al margen otras consideraciones, José Miguel Campos vuelve a demostrar que es un buen entrenador. Y es que bajo su batuta, el Murcia ha logrado la victoria en ocho de los trece partidos disputados, para un saldo global de 25 puntos conseguidos sobre 39 posibles. Campos está consiguiendo como entrenador lo que no pudo como jugador. Y es que este central a la vieja usanza se desenvolvió principalmente en la categoría de bronce. Dos campañas en el Jaén (91/91 y 92/93) y tres más en el Melilla (95/96, 96/97 y 97/98) fueron lo más granado de una trayectoria desarrollada también en el Mármol Macael (93-95), donde curiosamente llegó a ser dirigido por el granadino José Luis Garre y fue compañero de algunos ex rojiblancos como José Manuel Santos, Pedro Peso y Víctor de la Osa.