El capitán del Granada 74 SAD Antonio Valero Ruiz es el profesional con mayúsculas. Y no sólo porque a sus 37 años pueda presumir de haber sido el jugador más veterano en debutar en la Liga de Fútbol Profesional (LFP). O porque esta campaña lleve disputados, a pleno rendimiento, 27 partidos. No, al jugador rojillo le hacen más grande otros detalles que apenas han trascendido a la opinión pública porque él los procura silenciar. Y que se derivan de su doble (o triple) ocupación profesional: pues ya me imagino que sabrán que aparte de ser futbolista, es también comercial y encargado de prensa de la formación rojilla.
Así, la proximidad con el presidente Carlos Marsá le erige de forma habitual en la ‘ventanilla de las quejas’ de algunos de sus compañeros. Háganse cargo, la plantilla no cobra desde octubre y la sensibilidad está a flor de piel. Pero es que además, Valero realiza unos esfuerzos colosales que certifican su buen estado de forma y sus ganas por dar la talla en todos los frentes. Tomen nota, a modo de anécdota: la expedición rojilla llegó de San Fernando a las 04,00 horas de la madrugada del jueves. Y a las 07,30, el de Dehesas de Guadix ya estaba en pie para cumplir con sus obligaciones como padre (llevar la niña al cole) y marchar después a la oficina del club, donde comenzó a trabajar a las 09,00 de la mañana. Toda una jornada de trabajo la que tuvo por delante antes de volverse a calzar las botas y ponerse a entrenar, a partir de las 17,00, bajo la dirección del técnico Carlos María Rodríguez. Desconozco si después Valero tendría clase en el curso de entrenadores, pero ya me dirán cómo pintaba su plan después de sólo tres horas de sueño.
¿Y saben lo mejor de todo? Que al ‘capi’ le queda cuerda para rato. Tanta como amabilidad para descolgar el teléfono y convencer a sus clientes que el del ‘74′ es un proyecto que aún está muy vivo. Con gente como él, estoy completamente convencido de que sí.
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