¡HELP! Una entrevista de trabajo, ¿Qué me pongo? [LOOK WORKING GIRL]

Cuando llegamos a los veintitantos, muchas hemos acabado la carrera y de un día para el otro nos damos cuenta que…¡sorpresa! Tenemos que enfrentarnos a nuestra primera entrevista de trabajo. Y en esto, como en la vida en general, la primera impresión es siempre la que cuenta. Es fundamental elegir el outfit adecuado para transmitir la imagen correcta a los que podrían ser nuestros futuros jefes.

Aunque la imagen no lo es todo, un buen atuendo que transmita una buena impresión puede en muchos casos marcar la diferencia. Lo fundamental es conseguir transmitir con nuestro outfit y nuestra imagen personal el mensaje exacto que nos defina y no al contrario. La época del clásico traje de sastre de los 90 en líneas rectas, monocolor o raya diplomática ha pasado a mejor vida. El secreto está en mostrar la mejor versión nuestra posible. Conseguir un look formal y discreto, pero a la vez fresco y muy importante, ¡nuestro! Ya que la idea es ser nosotras mismas en todo momento, de nada vale mantener poses incómodas y forzadas que al final no harán más que alejarnos de nuestro cometido.

Para empezar hay que pensar que primero somos jóvenes y estamos en el siglo XXI la moda y las costumbres sobre todo han cambiado y mucho! Ya no es necesario -e incluso es poco recomendable- acudir a una cita de este tipo con atuendos excesivamente serios y formales. La frescura y la naturalidad hoy son un plus. Las posibilidades son infinitas, podemos optar por ir con pantalones -tanto ajustados como holgados, de corte masculino o femeninos; capris y de talle alto o bajo- o falda, que puede ser de tubo, plisada o vaporosa -pero siempre con un largo adecuado claro- de esta elección también va a depender la época del año y evidentemente el cuerpo de cada una. Si no estamos acostumbradas, por ejemplo a llevar pantalones tipo ‘smokin’ masculino, ¡no tienes por qué ponértelos! Porque justamente se trata en definitiva de mostrar la mejor versión posible de ti misma.

Las americanas si considero que -además de ser un must have en cualquier armario- aportan un toque de distinción y formalidad. Las hay de todos los colores y modelos y tenemos en ellas un amplio abanico de posibilidades. Desde las más clásicas hasta las más atrevidas aportarán a nuestro look ese toque de formalidad necesario para la entrevista sin parecer nada forzado. Sobre todo si las llevamos junto a unos jeans o alguna blusa más bohemia.

La discreción y la sencillez es algo que se va a valorar mucho, no por ello vamos a ir vestidas de manera sosa y carente de estilo pero sí se debe tener tener claro que todo cuenta, sumando o restando. Por lo que si estás pensando en ponerte un collar excesivamente llamativo o unos zapatos en un tono neón, forget about it!! no es el día para lucir y mostrar lo fashionistas que podemos ser. Se trata de al fin y al cabo como ya he dicho ser nosotras mismas, intentar transmitir nuestra mejor imagen posible, sin desviar -excesivamente- con nuestra vestimenta la atención a lo verdaderamente importante: nuestros conocimientos, cualidades y aptitudes para el puesto requerido. Pero ¡ojo! Unas uñas mal pintadas, una camisa blanca manchada -debe de estar impoluta- o simplemente un outfit fuera de lugar puede al final jugarnos en contra influenciando de manera negativa la decisión final.