Curiosa semana

Ha sido una semana curiosa la que dejamos con la resaca del «cállate» de Rajoy a Rubalcaba, por no saber entonar el «mea culpa» a tiempo, según el jefe del ejecutivo. Aquí todos hemos hablado a destiempo. Pero en España ya es difícil mandar a callar. Las mareas multicolores inundan las calles de una pretendida soberanía popular buscando el deterioro del poder y tratan de generar confusión y tinta de calamar; como la de ése, gigante, que han pescado y que se conserva en el museo de Luarca. Mariló Montero, amante de la gastronomía, desde la 1, preguntó si el cefalópodo estaba vivo. O Mariló ha bebido de las madres de la ironía de Herrera o le han facilitado una bicicleta sin manillar para subir a Prado del Rey. Ésta es una cuestión que un día me despejará, espero, Carlos. Las ‘femen’, en «traje de faena» –como alguien descriptivamente ha dicho– se acercaron a la púrpura cardenalicia, en el Madrid de los Austrias, hoy de los Borbones, para arrojar lencería fina de las bajeras manchadas de rojerío artificial: una villanía. España sigue siendo anticlerical y diferente.

No cabe mayor diferencia que ése par de cómicos andaluces, Los Morancos, que debutan en Barcelona y se alinean con la independencia de Cataluña y luego se arrepienten. Han sido utilizados por la televisión deficitaria TV3 y han perdido credibilidad intelectual por caer en las redes de sus «captores» y experimentar el ‘síndrome de Estocolmo’. Un mal chiste lo cuenta cualquiera. Trataba de tomarme una Coca-Cola, para saber que es ‘la chispa de la vida’, cuando leo a Simancas que reniega a ella a sus obras y a sus pompas, mientras haya despidos en factorías españolas de la bebida de burbujas. Y tiembla la multinacional ante el aviso de que los diputados socialistas no tomarán zarzaparrilla USA. Descojone sin cafeína en la bolsa de Wall Stret. No se sabe si Simancas se irá de la UGT, tras el anuncio de un nuevo ERE en el sindicato, que dejará en la calle a muchos padres de familia.

 

Es lo que preocupa socialmente según la última encuesta del CIS: paro, corrupción y fraude. Miren que se lo ha dejado claro nuestra presidenta Susana Díaz, pues el señor Más parece no enterarse y dice que tenemos que darle un donativo todos los españoles para que él haga su consulta de independencia. El pobre está para un estudio serio, en manos expertas, no para que lo visite ningún político sino un especialista en la materia. Y lo que es preocupante es que el iluminado de Maduro no pueda fijar su domicilio en la residencia oficial porque se han enquistado, entre cuatro paredes, las niñas de Chávez a cargo del presupuesto oficial y no se van ni con zotal.

 

Estarán a la espera de la beatificación de papá. Por cierto que huelo, más que a incienso, a vaselina en el Vaticano. Precisa Lombardi, el portavoz, que no hay revolución en la iglesia. Vamos que todo sigue igual y que Francisco es que pasa por allí. Es que no se pueden dar titulares de calado todos los días. Lo último que me esperaba es que echaran a un gato de casa por gay. Lo ha hecho su propietaria, nigeriana, sin pensar que los gatos tienen siete vidas. Y por fin llegó ‘La Baldwin’ a Guadix, sin soterrar. Con vapor ha llegado antes que el AVE. Curiosa semana.