De Musas y Córvidos

«La Arquitectura Comprometida»

Por Lucia Bogliaccini Faget. Arquitecta, República Oriental del Uruguay

El Pabellón Philips de Le Corbusieur y Xenakis en la Feria Universal de Bruselas en 1958

Intento aquí detenerme un poco en una búsqueda exploratoria sobre los lazos estéticos que relacionan a la arquitectura y al resto de las artes. Lazos que pueden ser vistos de un modo más amplio y relacionar a la arquitectura con la ciudad y el espacio público. Este camino es muy amplio, y en un intento de no tomar sendas que nos lleven a lugares ya conocidos por todos, ni a lugares inabarcables, nos concentramos más en la relación de la arquitectura con las artes tecnológicas. Pequeño gran mundo que podría también convertirse en un camino sin retorno, decidimos entonces concentrarnos en una pequeña porción. La música y la arquitectura como ejemplo revitalizante que despierte recuerdos y ganas de volver a recorrer.

No porque la arquitectura sea música helada sino porque se rigen por el mismo concepto básico de la geometría: la armonía. Porque las dos artes pueden y deben ser habitadas.

La definición del espacio ya no es solo dada por la arquitectura y el sabio juego de los volúmenes bajo la luz sino por la música, la cual le confiere cualidades que lo definen y lo configuran.

Instalación sonora

La instalación sonora es una ampliación de la instalación, que aparece como expansión de la noción de tridimensionalidad y le agrega la música como cuarta dimensión. La música como medida de tiempo.
La tecnología electrónica abre este campo jugando un rol primordial en el intercambio de las artes.

Disección

El sonido como arte de tiempo y arte de espacio, el cual siempre permaneció en segundo plano frente al poder de la imagen, tiene una gran capacidad estética, lo cual le da la capacidad de emocionar, de poseer, de atrapar. Este puede diseñarse. Puede ser organizado con el fin de reconstruir y definir el espacio, gracias a su capacidad de sondear el mismo.

El espacio sonoro difiere del espacio visual ya que puede traspasarlo, trascenderlo y animarlo.

Mediante la acentuación de diferentes registros podemos obtener diferentes efectos dándole al espacio cualidades como: sombrío, pesado, ligero, estático, dinámico, efectos de color, etc… Las notas agudas son más directivas que las graves y por lo tanto más fáciles de localizar.

Le poème electronique

“… la música es tiempo y espacio, como la arquitectura. La música y la arquitectura dependen de la medida.” (Le Corbusier)

Le Corbusier participa en conjunto  con Xenakis en la realización del Pabellón Philips en la Feria Universal de Bruselas en 1958. Le fue encargado realizar una producción espacial, de luz y música que pudiera demostrar como la compañía se encontraba a la vanguardia. Además de solicitar el diseño de la arquitectura se le solicito que realizará y coordinara todas las artes involucradas.

En el Pabellón Phillips Le Corbusier idea un partido: un estómago para contener el Poème Electonique, con un camino alabeado, la entrada y salida y muchas paredes para proyectar. Ese partido es entregado a Iannis Xenakis y a partir de eso este joven ingeniero crea la innovadora forma con la que se realizará el pabellón. El mismo debía tener la capacidad de albergar 500 personas sentadas.

La ejecución del pabellón debido a su forma y a sus exigencias programáticas fue un desafío. El estómago se materializaba mediante dos paraboloides hiperbólicos que formaban un cerramiento tipo capa. Xenakis plantea una estructura de cables tensados y postes de acero como soportes de una gran tela, que debió ser descartada porque las exigencias acústicas del interior llevaban a buscar una masa mayor en las paredes del estómago. Buscando un acuerdo entre lo formal de Xenakis y el deseo de Le Corbusier de hacer el edificio de hormigón, se terminó configurando mediante piezas prefabricadas de hormigón sobre cables tensados (en líneas rectas), lo cual permitió armar fácilmente el paraboloide hiperbólico. La costilla de hormigón que cosía los cables fue realizada en el lugar, los paneles prefabricados.

De esta forma obtuvieron una rápida y eficaz construcción que cumplía con todos los requerimientos propios del Poème.

Sobre el poème. Luz e imagen

El pabellón era tan solo parte de esa Obra de arte total, soporte y caja de resonancia de la música (425 altavoces), las luces y las imágenes que se combinarían durante 8 minutos creando el Poème Electronique.
El uso de la luz se lleva más allá de lo convencional como vehículo de la imagen hasta convertirlo en escultor del espacio.

Le Corbusier quería que el film fuera realizado mediante la composición sucesiva de fotografías fijas iluminadas y coloreadas. No se buscaban imágenes de valor histórico pero si imágenes que representaran su idea de evolución.

El poema debía ser abstracto y simbólico, un manifiesto sobre la humanidad. Si bien el poema parece desordenado y confuso, por la absurda yuxtaposición de imágenes de arte tribal, bebes, animales, maquinarias y demás; tiene un orden secuencial establecido por siete temáticas.

Las primeras cuatro secuencias hacen referencia al pasado y a la evolución. Las últimas tres hacen referencia al presente y al futuro, mostrando la guerra y como mediante la inteligencia (lechuza) y la buena utilización de los avances tecnológicos podemos avanzar (evitar la revolución) y progresar como humanidad. No es casual que en la última sección del video aparecen fotografías de niños de distintas razas, obras de Le Corbusier, grandes ciudades y la mano de Chandigarh. La iluminación o coloración de los fotogramas acentúa las ideas principales de las secuencias o estados de ánimo. Los diseños de Le Corbusier aparecen como esperanzas en el futuro.

Sobre el poème. Sonido

Edgar Varèse nace en Francia en 1883, y después de estudiar música, obtener aprecio y reconocimiento de compositores como Debussy, emigra a Estados Unidos donde compondrá la mayor parte de su obra. Le Corbusier lo contacta para realizar el poème electronique.

La música no debía tener ninguna relación con la proyección y por esta razón Edgar Varèse desconoció el film hasta último momento. El conjunto no debía ser uno en coherencia sino en abstracción. Para la composición se utilizaron grabaciones de órganos, pianos, coros, voces, cadenas de montaje industriales, motores de aviones, detonaciones, etc. La música ayudaba a recalcar la dimensión espacial utilizando por secuencias los speakers y realizando un efecto surround. Fue música “en movimiento” capaz de recalcar los puntos bajos y altos de la composición. Se utilizaron en el pabellón más de veinte amplificadores y cuatrocientos altoparlantes. Al moverse de forma estereofónica a diferentes velocidades por diferentes zonas, el público se sentiría por momentos en un espacio aplastante y por momentos en una catedral. Estas sensaciones generadas ya no a través de diferentes registros musicales como hablamos anteriormente sino a través del nuevo mundo que abren los parlantes (en este caso los de última generación de Philips). La música fue la dimensión final. Completo el conjunto por ser moderna y abstracta como la arquitectura y el film.

El poema de Varèse muestra según los entendidos la solidaridad o acuerdo con el estudio de proporciones de Le Corbusier y con la idea de armonía promulgada por este.

Si bien no parece deslumbrante para alguien de mi edad pensar en un espacio en el cual se proyectan imágenes y música a la vez. Pensar en un juego de luces, pensar en surround y stereo, o en como cambian los espacios y las sensaciones, como excita y maravilla a la vez la vivencia de estos efectos no es difícil para alguien que vivó los últimos cuarenta años. Lo que no deja de maravillarme, es como Le Corbusier, más allá de la discusión sobre su autoría en el pabellón tuvo la visión para imaginar y realizar el poème electronique.

El pabellón fue demolido el 30 de enero de1959, y por más que podamos ver fotografías del mismo, y podamos reproducir el video y el sonido nunca podremos experimentar la sensación espacial mientras la música recorría los speakers. Cada uno de los miles de visitantes que entraron al pabellón lo encontraron bizarro y deslumbrante a la vez.

Excusa

Queremos considerar al espacio como  un instrumento capaz de producir sonidos, música. Si bien todos sabemos que la acústica es una cualidad más del espacio, aquí  nos referimos a hacerlo con una voluntad más poética que la de simplemente obtener buenas audiciones, y pocas reverberaciones. intentamos generar la interacción entre espacio y sonido tomando al primero como instrumento o caja de resonancia.

Este articulo no intenta explicar como los sonidos y la música modifican la arquitectura, esto es algo ya comprobado y ensayado como más arriba se puede comprobar. Lo que intenta es recordarlo. Para poder volver a colocar los sonidos y la música dentro de nuestra barra de herramientas. Pero en la amplia gama que tiene hoy, ya no es la acústica sino la electroacústica y la música electrónica en si misma. No estamos hablando ya de música y arquitectura sino de la ciudad, de arquitectura y de las artes en general. Estamos hablando de redefinir los espacios y la ciudad desde los nuevos útiles reales que son capaces de transformar nuestra percepción. Tratando de encontrar una nueva relación entre la arquitectura, el usuario y las nuevas artes tecnológicas en general. No quedemos limitados al poder de la música electrónica sino incluyamos todas las demás “pseudos artes” como ser el video electrónico, el arte web, la instalación, la diaporama, las instalaciones multimedia y todo lo que sirva para complementar la arquitectura o redefinirla, o revisitarla interviniendo en ella durante un tiempo.

Hablo entonces de la búsqueda de sinestesias.

La teoría de las sinestesias abre nuevas posibilidades; afirmando la continuidad de un mundo sensible, permite llenar los vacíos que existen en nuestra percepción del mundo. Proponen un método: la fusión de los sentidos.

El comienzo de esta exploración, tomando solo un cabo del problema es lo que intenta este artículo.

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DE MUSAS Y CÓRVIDOS. El Pabellón Philips de Le Corbusieur y Xenakis.
 
Lucia Bogliaccini Faget, Arquitecta, actualmente trabaja en Estudio Cinco Arquitectos (Montevideo, Uruguay) y es docente de la Universidad de Arquitectura del curso de Introducción a la Composición y del Proyecto Final de Carrera del Taller Danza.

1 Comentario

  1. que alegría poder incluir en el blog artículos que nos han sido remitidos desde el pais hermano del Uruguay, y además con la calidad de este…Gracias Lucia Bogliaccini Faget, porque esperamos que sigas compartiendo con todos tus reflexiones y tus conocimientos. Un fuerte abrazo desde Granada

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