Día de la Cruz: Granada redescubre las barras

Día de la Cruz

Lo contó Bécquer, Gustavo Adolfo:
«Del salón en el ángulo oscuro,
de su dueña tal vez olvidada,
silenciosa y cubierta de polvo,
veíase el arpa».

Sustituya ahora conmigo las siguientes palabras:
Salón x Calle
arpa x cruz

Y el resutlado es lo que sucede en Granada el Día de la Cruz tras la prohibición de músicas y bebidas.

Me lo decía mi compay Dani Olivares Dawson: «Cuenta que están todos los bares a rebosar, desde la calle Alhamar a la plaza de la Trinidad». Me fui luego al Campo del Príncipe y ocurría más de lo mismo. Me llegaban ecos de Plaza Larga con su ambiente infinito.

Y entonces me di cuenta de que el pueblo es sabio y el Día de la Cruz ha mutado. Se celebra puertas adentro los bares, donde los granadinos han redescubierto las barras.

PD
La foto, un destello mágico, de González Molero.

Probablemente la mejor vista de Granada

Sobre el cielo del Realejo

Sobre el cielo del Realejo, apoyado en la barandilla metálica que circunda el cupulín de la Iglesia de Santo Domingo de Granada, en el Realejo, a cincuenta metros de altura, la brisa dura y seca de Sierra Nevada se cuel aentre las renidjas del casco de seguridad. El sol pega como más de cerca y estiras la mano y puedes tocar las agujas de la Basílica de las Angustias… para empezar.

Si te giras un poco tocas la nieve que ofrece Sierra Nevada como una ubre nutricia y madre. Está ahí, respingona y cristalina, como un tapete aterciopelado de brillantes aristados que se dejan mecer entre los rayos de cien soles. El azul del cielo que pende sobre nuestras cabezas aparece intenso, azulísimo y permite como zambullirte poer hacia arriba, como si fuera una piscina.

Así son las sensaciones que te invaden cuando andas por ahí arriba, Periodismo de altura, decíamos los tres compinches entre bromas: Alfredo Aguilar, autor de las fotografías, José R. BAena, el cámara y este que os escribe.

La siguiente escena sacude los sentidos porque muestra de forma continua una visión de granada única, mágica, maravillosa. ¿Cómo expresarlo? Arriba del todo junto a la Torre de Comares se alza majestuosa la Torre de la Vela que muestra cual cabeza de saurio el cuerpo delmonumento que protege, nazarita, rojo y alhambreño. Las Dos Torres, Tolkien en Granada ¿Estuvo alguna vez y lo copió como dicen que hizo con las cuevas hobittianas de Guadix?

Son las cosas que piensa, cuando tus vivencias se pegan con tus lecturas, con tus viajes con las músicas y con los besos.

Aparece la colina del Realejo, la Antequeruela, el imponente carmen Rodríguez Acosta en su esplendor, el Alhambra Palace y de repente se cose al Mauror. Nunca las había visto juntas como si fuera una sola.

La sorpresa final es cuando la perspectiva que nos da la altura del cúpula de la Catedral del Realejo confunde las colinas del Realejo con el propio Albaicín, mostrando una secuencia de belleza indescriptible, inefable utilizando el cultismo.

La conversación se detiene y sopla el viento. Una suave sensación de plenitud te embarga y vas preparando la muesca para tachar de algo que por fin has visto y que es una de las maravillas del mundo.

El reportaje
Sobre el cielo del Realejo
El vídeo
Hasta arriba

Haza Grande, trabajando en la luz

Haza Grande cuenta con el movimiento vecinal más antiguo de la ciudad hasta el punto que su Asociación de Vecinos es la más antigua, la primera que se creó. Los últimos años se ha visto sacudido por demasiados incidentes, que han llevado, reconocen los vecinos, la mala fama hasta sus calles.

El barrio cuenta con tres núcleos urbanos, el más antiguo de todos y dos urbanizaciones pudientes. Ahora, un grupo de vecinos comprometidos entiende que la solución de todos los problemas pasa por regenerar y resucitar la Asociación de Vecinos, integrar por primera vez a todos los núcleos urbanos y trabajar junto spor «uno de los mejroes barrios de Granada».

Quieren empezar el verano con la asociación ya constituida con todas las de la ley y empezar a trabajar duro en el verano para, con el nuevo curso, que se empiece a notar su actividad.

Los dos ejes de su compromiso son:
.-Unir a todos para limpiar la mala imagen del barrio «por culpa de unos pocos».
.-Servir de interlocutor con el Ayuntamiento y el resto de las administraciones e instituciones para lograr la ayuda necesaria para sus proyectos.

Es hoy Haza Grande un barrio en positivo y en negativo que, esperan que pronto, vea la luz por todos sus rincones.

Haza Grande, Granada, Periodismo

MÁS INFORMACIÓN
.-Haza Grande, en positivo.
.-Haza Grande, en negativo.

Hoy juegan los buenos

López Ufarte

Sin maquillaje. Sin depilación. Sin posturitas-tatuajes-piercings-diademas. Sin haber ido a la pelu. Sin ‘shakiras’. Sin Shhhhhhhhh….. Hoy, señoras y señores, damas y caballeros, al fútbol, juegan los buenos.

Juegan los que hacen que el fútbol sea fútbol. Los que hacen de una derrota un monumento. De la afición un homenaje permanente. De un saque de banda forzado una ovación esplendorosa. De la ciudad del equipo el corazón que late. De los colores un sentimiento. De la victoria una idea.

Son los equipos que han conseguido que la liga española sea lo que es. Los que se enfrentan a esos dos que ayer y anteayer les volvieron a dar pal pelo y aunque se vuelvan a su casa con cinco goles vuelven con el orgullo intacto por haber peleado como mejor han sabido: sin la ayuda de los árbitros, sin la ayuda de los medios, sin la ayuda del talonario, luchando contra su propia historia, convirtiendo cada regate en un hincha más que volverá a ir al campo.

Son equipos que no jugarán la semifinal de la Champions, pero tampoco se dejarán marcar un gol con uno menos, ni fallarán penaltiles porque se rajan, ni protegerán el resultado pudiendo tocar la Luna.

El año pasado el mejor partido que vi, y con diferencia, fue un Deportivo de La Coruña-Celta de Vigo. Y el de este año otro que terminó cero a cero y fue un Madrid-Valencia.

El fútbol es así para los que hemos escogido ser del equipo de nuestro barrio, de nuestra ciudad, de nuestra provincia. En mi caso, la de nacimiento y la de elección. Mi Real Sociedad y mi Granada.

Por eso hoy juegan los buenos, mi rival de siempre, el Athlétic de Bilbao. Y el equipo que en los setenta le hacía sombra al Real y desde luego era mucho mejor que el Barça de Cruyff. Leones, Colchoneros y los Chés, que hace bien poco deambulaban por la segunda división salen hoy al campo a demostrar que el fútbol es algo más que un par de posturitas y una novia que enseña el culo en tanga.

Mi recuerdo para ‘El Pequeño Diablo’, el de la foto, que hacía fútbol de ahora cuando todo era en blanco y negro. Mi homenaje permanente a Iker Casillas, el único que puede levantar la cabeza de entre los dos equipos que entre un martes y un miércoles se han dejado todo el prestigio por los suelos de sus canchas.

Rock and Roll Circus Zaidín

Festival Rock del Zaidín 1994

Granada siempre ha sido una palabra que ha rimado con libertad, entendida en su matiz de grito de juventud. Cuando llegué a Granada, en el verano de 1990; o cuando me incorporé a trabajar, ya en plantilla, en febrero de 1991, descubrí que no era Nueva York precisamente la ciudad que nunca dormía, como cantaba el bueno de Frank Sinatra. Era Granada.

En esta ciudad los bares no cerraban. O lo hacían cuando más o menos querían. Había líos con los pubs por la música, y eso no estaba bien. Pero los bares cerraban a las dos o tres o cinco de la mañana. Recuerdo uno que, hasta hace relativamente poco tiempo, abría hasta las cinco o seis de la mañana a espaldas del Ayuntamiento y te ponía tapas con los cubatas. Y recuerdo, otros, a los que íbamos a la una de la mañana a tomar cubatas. Recuerdo el Candela, mi Candela.

Bar Candela Granada

Había música y barullo por doquier. Había conciertos y la ciudad era el Reino de los Cero y del Ruido Rosa y del Cúpula. Entrábamos en el Ruido Rosa (el otro día volví y tenía la barra en el otro lado, no te digo más hace cuánto tiempo que no iba) y nos ponían AC/DC. Un detalle. Allí mi Carlos Morán, que tenía un curioso lado popero e intelectual (y tiene), me enseñó quiénes eran los Cero y me tarareó ‘La Torre de la Vela’, a cuyo pie bebimos infinitas copas en los Tristes en un momento mágico del más bello paseo del mundo en el que apoyados en el murete veíamos amanecer y fumábamos.

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En este marco maravilloso existían conciertos estupendos en salas magníficas. Estaba el Festival de la Primavera que tenía sus grupetes y había programación rockanrolera incluso en una carpa que colocaban en la entrada del Ferial del Corpus. Recuerdo allá un concierto memorable de La Frontera, entre otros muchos más.

Recuerdo los conciertos de la Fiesta de la Primavera y recuerdo el Womad, cuando cumplí treinta años escuchando, agarraos, a Van Morrison y a Patti Smith. Se lo cargaron, y también el Espárrago Rock. Si los hubiéramos cuidado ahora seríamos ‘Granada.la.Ciudad-Rock’.

Recuerdo a Massiel en un tugurio de la calle Puentezuelas que se llamaba EL Local y recuerdo que un día entró Strummer, Joe Strummer. Se dice pronto. Recuerdo el primer verano de mi vida en Granada, allá por 1990, escuchar a TNT un proverbial y poderoso Johnny B.Good sobre el escenario del Festival del Rock del Zaidín. Luego salieron Los Ilegales y parecían palomitas de maíz.

Dicen ahora los vecinos del Zaidín que ofrecen sus calles para que lleve el nombre de Joe Strummer, el granaíno de los Clash, ya que el Ayuntamiento de Granada ha aprobado esta distinción al músico inglés por unanimidad. Pero me da a mí que, y al paso que vamos, la calle se la van a tener que dedicar al Festival de Rock del Zaidín. Al menos quedará, si no lo remediamos entre todos, ese recuerdo… ‘Rock and Roll Circus Zaidín’