Etiqueta: Cine

31 días de agosto: Leia (Día 30)

Leia. Leia Organa. La Princesa que no necesita que nadie le salve. Ya puede ella directamente salvar la galaxia, poner cara de pocos amigos al archivillano el Gran Moff Tarkin, liarse a tiros contra toda la soldadesca imperial, enamorarse del chico guapo sin que le hagan un favor, hacerse colega de Chewbacca, ser la mujer más sexi de la galaxia encadenada a Jabba el Hutt  al que, por supuesto, ahorca con la misma cadena con sus propias manos. Un princesa Leia que termina de general de la Resistencia y que cuando su propio hijo la empotra con unos disparos de su caza de combate y sale despedida al espacio exterior logra regresar como si nada. Una princesa de verdad, sin necesidad de príncipe azul, sin necesidad de ser protegida, sin necesidad de nada. Una princesa que es la primera que no tiene que ser rescatada.

-Por alusiones, responde Sabina

 

-Por alusiones, los Saxon

Recuerda. Hay que besarse más. Y en verano, mucho más

Todos los posts de #31diasdeagosto
-Día 1: Los 400 golpes
-Día 2: A todo gas
-Día 3: The Motorcycle Boy Reigns
-Día 4: On the road
-Día 5: Trece Rosas
-Día 6: Easy rider
-Día 7: The Last Waltz
-Día 8: Martin Rock and Roll Scorsese
-Día 9: Travis, Luke, Beatrix, Catherune y Léon
-Día 10: Natalie
-Día 11: BB
-Día 12: París
-Día 13: Sex
-Día 14: Un Negroni
-Día 15: Poke
-Día 16: Moloko
-Día 17: Tarantino Sound
-Día 18: Nick
-Día 19: Corto Maltés
-Día 20: Distopías
-Día 21: Baricco
-Día 22: La Estrella
-Día 23: BBQ
-Día 24: Vinilos
-Día 25: Last Sunday
-Día 26: No Surf
-Día 27: Piscinas
-Día 28: James Joyce
-Día 29: Miles Davis

31 días de agosto: Piscinas (Día 27)

Las piscinas son parte fundamental del verano: El mar, la montaña, el campo, la piscina. Pueden llegar a ser incluso sexis. Aunque últimamente son demasiado comunes.

El Nadador, con un Burt Lancaster en el mejor papel de su carrera, trata de piscinas, trata de ti y de la vida que se te disipa entre los dedos. Burt Lancaster tenía cincuenta y cinco años en el momento de dar vida al protagonista de esta película absorbente y nostálgica, y la película parece creada a su medida. No es sólo un ácido comentario social del llamado «sueño americano», sino también un excelente retrato de los principales miedos del ser humano, el final de la juventud, el transcurrir de los años.

Se suma así El Nadador y su relato original a mis tres libros necesarios para enfocar el final de la juventud, y que hay que leer cuando se empieza en ella. Ahí van.

-‘El filo de la navaja
Escrita por Somerset Maugham. Pues que es la lucha de un tipo con suerte por ser feliz. Y que tiene dos historias dentro de la historia. La primera es la del protagonista y de quienes le rodean. La angustia que el autor genera en el lector al ver cómo va desaprovechando todas y cada una de las oportunidades que la vida le va poniendo delante pese a ser un tipo llamado a la desgracia. En la novela, todos finalmente consiguen lo que quieren, pero Somerset prolonga la angustia, exactamente, hasta el último párrafo, donde resuelve todos los enigmas y el guión cobra su sentido en una segunda historia, la narrativa, difícilmente igualable. Me la recomendó Maite Larzabal, mi madre. NOTA: Pues resulta que también hay película, y la he encontrado completa y en español en YouTube.

‘La espuma de los días’
Que el paso del tiempo es inexorable, y pese a tener un piano que hace cócteles deliciosos según las notas y sinfonías que toques, si decides permanecer forever young te expulsan de tu paraíso terrenal. Me la recomendó Cris Vera. Es una segunda opción para encarar la madurez. La de Somerset es la renuncia material en busca de la felicidad espiritual. La de Boris Vian es la expulsión del paraíso. Falta la tercera que completa la tríada de novelas del siglo XX que son imprescindibles para aprender a dejar de ser joven que, no nos confundamos, no quiere decir hacerse mayor. Nótese el agrio matiz. Estaba completamente extasiado. La angustia existencial que muchos jóvenes de otras generaciones, ya fueran de los Locos Años Veinte o de los Años Sesenta y Sartre, estaba perfectamente explicada, contenida y transmitida en estas tres obras. Increíble. NOTA: Me acabo de enterar que hay una peli.

‘Tender is the night’.
Es la tercera que me leí y la que me hizo recuperar en una curiosa hilazón mental las dos anteriores como dignas de una trilogía perfecta para treintañeros con síndrome de Peter Pan. Me la recomendó Ana Munain, mi amiga. La definió en una sola palabra. Esa palabra que explica, describe y define algo que yo he sentido, que conozco y que a veces, solo a veces, te sucede en la vida y te hace saber que estás vivo. Enrique Meneses habla de ello en sus memorias, cuando dice que en esta vida hay dos o tres momentos que sabes que son únicos e irrepetibes. Y Meneses sabe lo que se dice. La palabra que los define es ‘fulgor’. Y la novela es la de otro tipo que lo tiene, y que lo pierde porque le da la gana. Más angustia. Más juventud, divino tesoro en un barco hundido por el paso del tiempo. NOTA: Resulta que esta novela también tiene su peli!!!

-Una canción extraña de Radio Futura, que recuerdo la letra de memoria, y me sugería aventuras:
«En las piscinas privadas las chicas desnudan sus cuerpos al sol».

Recuerda. Hay que besarse más. Y en verano, mucho más

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-Día 1: Los 400 golpes
-Día 2: A todo gas
-Día 3: The Motorcycle Boy Reigns
-Día 4: On the road
-Día 5: Trece Rosas
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-Día 21: Baricco
-Día 22: La Estrella
-Día 23: BBQ
-Día 24: Vinilos
-Día 25: Last Sunday
-Día 26: No Surf

CRÉDITOS DE LA ILUSTRACIÓN:
Bastien Vivès (París, 1984) lleva toda una carrera dedicada a representar el día a día de su generación: los milenials +INFO:
Bastien Vivès: historias en cómic de la generación milenial

 

 

31 días de agosto: Corto Maltés (Día 19)

 

He quedado esta noche con Corto Maltés. No nos vemos desde el verano, que pasamos la velada paseando por París, por la orilla del Sena, al atardecer, cambiando cromos de nuestras vidas extrañas, almas complejas, flores rotas. Me gusta cómo acompasa las ideas con las aventuras sin inmutarse. Me gusta cómo, pase lo que pase, cumple sus reglas a rajatabla. Mejor dicho, su única regla: «No me gustan las reglas, pero respeto solo una, la de no traicionar nunca a los amigos».

Estaba Corto Maltés preparando unos mapas y unos papeles y me pasó su autobiografía. Me dio tanta rabia no haberla escrito yo mismo que os la pongo por aquí. Ya me diréis entonces que estáis haciendo con vuestras malditas vidas.

«Me llamo Corto, Corto Maltés. Nací en Malta el 10 de julio de 1887, o al menos eso me han contado. De mi primera infancia recuerdo una bandera llena de cruces y una barba roja, la de mi padre. ¿Mi madre? Una gitana de Sevilla. Era tan hermosa que el pintor Ingres se enamoró locamente de ella; no sé si será verdad, pues ella nunca hablaba de estas cosas. Recuerdo una casa preciosa con su patio lleno de flores junto a la mezquita de Córdoba, y recuerdo bien el día en que una amiga de mi madre me tomó la mano izquierda y la miró con horror, pues me faltaba la línea de la suerte. No lo pensé mucho, tomé una navaja de afeitar de mi padre y yo solo me tracé una, larga y profunda. No creo que aumentase mi dosis de suerte, pero siempre he sido libre y eso es suficiente. Mi padre desaparecía continuamente y volvía cada vez menos. Era oriundo de Tintagel, en Cornualles, un lugar lleno de hadas y magos. Afirmaba ser nieto de una bruja de Man que tenía un gato rojo, y decía una barbaridad de cosas cuando se perdía entre las botellas. Estudié en la escuela judía de La Valeta y luego en Córdoba con el rabino Ezra Toledano, que fue quien me inició en la Torá y me contó otras historias ocultas. En cualquier caso, lo que mejor recuerdo fue el día en que salí de Malta y me embarqué en el Vanidad Dorada, un magnífico buque de tres palos, y desde entonces navego dando vueltas por el mundo. Conocí a Rasputín, a Jack London y a tantos otros, aprendí a bailar el tango en Buenos Aires, en las Antillas y Brasil conocí a Esmeralda y los ritos del vudú. Y luego fueron las Indias, la China, las islas del Caribe entre apacibles verandas y tiroteos, y las del Pacífico, con Escondida, la más extraña de todas, entre monjes y piratas. He visto un tren cargado de oro precipitarse en un lago helado de Mongolia, he compartido los silencios del desierto con un guerrero, el verde y las lágrimas con una hermosísima hada irlandesa, he buscado joyas y sueños imposibles por los canales y sobre los tejados de Venecia».

-Si quieres bailar navegando nada mejor que Los Rodríguez

Recuerda. Hay que besarse más. Y en verano, mucho más

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-Día 18: Nick

 

31 días de agosto: Tarantino Sound (Día 17)

Anoche me perdí en el Hollywood de 1969 de la mano de mi amigo Tarantino. Me lo pasé bomba. Bailé a raudales, conocí unas mujeres estupendas y nos peleamos. bBebimos cócteles a cascoporrillo, entre ellos whisky sour y margaritas. Todos de lo muy apropiados para ir al día siguiente a currar. Me gusta escuchar música a toda pastilla en coches descapotables y que aparezcan las hippies haciendo autostop. Esas mismas hippies que te quieren asesinar. Mi consejo es, vete a ver la peli de Tarantino pero luego tienes que saber que te vas a tomar unos cuantos cócteles como los anteriores y a bailar el musicón. Así que no hagas como yo y vete al cine acompañado. Tú ya me entiendes. Y otro más de propina. No hagas caso de las críticas a la peli.ñ Si te gusta Tarantino, el bueno de Quentin no te va a fallar.

-Érase una vez en Hollywood
Es una película estadounidense de crimen y misterio centrada en los asesinatos de la Familia Manson, escrita y dirigida por Quentin Tarantino. La película se estrenó el 26 de julio de 2019. 

-Out of Time.
Salen los Rolling Stones con un Out of Time que te descubre cantando a voz en grito en la sala de cine.

-En Pulp Fiction, esta canción se convirtió en un mito de la historia del cine

-Aunque siempre está Bruce Springsteen para quedarse contigo y hcarlo mejor

-Y, por supuesto, La Teta Enroscada

-Jackie Brown, para mí, una maravilla. Y la música, sin comentarios.

1. 0:00 «Beaumont’s Lament» 2. 3:48 «Across 110th Street» by Bobby Womack 3. 4:38 «Strawberry Letter 23» by The Brothers Johnson 4. 9:36 «Melanie, Simone and Sheronda» ( 5. 10:08 «Who Is He (And What Is He to You?)» 6. 13:20 «Tennessee Stud» by Johnny Cash 7. 16:14 «Natural High» by Bloodstone 8. 21:07 «Long Time Woman» by Pam Grier 9. 23:59 «Detroit 9000» 10. 24:06 «(Holy Matrimony) Letter to the Firm» by Foxy Brown 11. 27:32 «Street Life» performed by Randy Crawford 12. 31:49 «Didn’t I (Blow Your Mind This Time)» 13. 35:10 «Midnight Confessions» by The Grass Roots 14. 37:54 «Inside My Love» by Minnie Riperton 15. 41:52 «Just Ask Melanie» 16. 42:35 «The Lions and the Cucumber» by The Vampires’ 17. 47:42 «Monte Carlo Nights» by Elliot Easton’s Tiki Gods

-Y la primera escena de Reservoir Dogs, pues que sin palabras

Con este diamante en bruto

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-Día 14: Un Negroni
-Día 15: Poke
-Día 16: Moloko

 

 

 

 

31 días de agosto: Moloko (Día 16)

Stanley Kubrick llevó al cine en 1971 la novela de Anthony Burgess La Naranja Mecánica (1962). ¿Qué podría salir mal cuando hay dos genios entre medias? La película es una distopía extrañísima pero la fuerza narrativa y la fuerza audiovisual, el ambiente y el musicón logran envolverte desde el principio. Termina la película y tú también terminas, pero con ansiedad. Es una película de la que luego sigues hablando y hablando. Y es una película también que forma parte de la cultura pop.

La primera escena es soberbia. Es en el Moloko, nombre del bar en el que los protagonistas se juntan. Nada más ver esta primera escena del bar Moloko, ya nos damos cuenta de que van a suceder cosas raras.

La película, filmada en el Reino Unido, relata las desventuras de Alex DeLarge —Malcolm McDowell—, un delincuente juvenil cuyos placeres son: escuchar música clásica —en especial de Beethoven—, el sexo, las drogas y la «ultraviolencia». Y quien es el líder de una pandilla de ladrones (Pete, Georgie y Dim), a quienes llama drugos y con los que comete una serie de violentas fechorías, hasta que es traicionado por ellos y capturado por la policía. En un intento por salir de prisión se somete voluntariamente a una técnica psicológica de rehabilitación conductista experimental conocida como método Ludovico. La terapia funciona, Alex es liberado y ahora debe enfrentarse a su pasado desde su nueva conducta social condicionada. La mayor parte del filme se narra en nadsat, una jerga adolescente ficticia que combina lenguas eslavas —especialmente ruso—, inglés y la jerga rimada cockney. En España e Hispanoamérica, algunos términos fueron adaptados al idioma.

Y como toda obra maestra, dejó huella. Por ejemplo, mi bar favorito de Madrid se llama Moloko. Y la primera vez que fui me cautivó. En su fachada mostraba un enorme grafiti de The Jam. No se puede empezar mejor.

Nació por el empeño de un melómano, Sabi Palacios, entonces un chaval de Madrid que buscaba darle una salida a su pasión por la música. Había empezado escuchando canciones de los Beatles, The Who y Tequila. En muy poco tiempo se convirtió en un coleccionista empedernido de discos. Un día, decidió crear un club donde pincharlos. Peinó Malasaña hasta que dio con el local perfecto. Dos meses después, tras una reforma que ejecutó con sus manos, el número 12 de la Calle Quiñones se convirtió en Moloko Sound Club, en homenaje al bar donde se reunían los protagonistas de La Naranja Mecánica, según publica El Mundo.

Recuerda. Hay que besarse más. Y en verano, mucho más

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-Día 2: A todo gas
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-Día 15: Poke