Antes de que mostrara su disposición a comprar el Ciudad de Murcia, Carlos Marsá tuvo otras ilusiones. La primera y principal tiene mucho que ver con lo que ustedes pueden presenciar en la foto. Se trata de las obras acometidas para la construcción del nuevo estadio municipal de Vícar, un campo inaugurado el 25 de mayo de 2005, con capacidad para 3.000 personas y que albergó, sólo a los pocos días, la fase preliminar de la competición de fútbol de los Juegos Mediterráneos… Un recinto muy coqueto del que quedó prendado Marsá con motivo de un partido de Liga que el CP Granada 74 tuvo que jugar allí. El dirigente preguntó por el coste y el alcance de las obras, pues su idea era realizar, ya lo saben, una nueva Ciudad Deportiva con un recinto de estas características en su interior. La idea cobró forma en la cabeza del presidente. De hecho, Marsá también se puso en contacto, en el transcurso del año pasado, con una empresa de Zaragoza que le garantizaba poder levantar su nueva instalación en plazos muy limitados…

De aquello ya se podrán imaginar lo que queda hoy. Posiblemente, ni las intenciones. Porque el presidente rojillo bastante tiene ahora con afrontar las deudas de los jugadores y sus fieles y muy profesionales empleados: EL MEJOR PATRIMONIO que tiene la entidad. Pero de ellos ya me ocuparé en otro momento.

Posdata: Quizás tengan más suerte que yo y encuentren en Google alguna imagen sobre el recinto. Localicé una de la maqueta, pero no carga.