Las hay que le dan un toque de glamour a todo lo que hacen, y si no miren a Kate Middleton melena al viento enseñándonos como puedes llevar la basura y el tupper de las sobras sin perder un ápice de encanto. ¿Por qué sus tupper no se derraman? ¿Por qué la melena no se le viene a la cara haciéndola chocar contra una farola? ¿Dónde lleva el reciclado del papel? ¿En el mini bolsito blanco? ¿Lleva en el tupper dos docenas de croquetas a lo Queen Elizabeth para William? Después de todo, en todas partes cuecen habas.
Lo del súper ahí sí ya les digo que tiene menos mérito, porque vamos, si vas al súper y no compras pues la cosa se facilita una barbaridad, que el papel higiénico quita mucho caché, lo mires como lo mires, y eso de pasear el carrito vacío no deja de tener hasta su entrenimiento. Además, se nota que por ser princesa le pasan lo más grande, porque si yo me voy al super y empiezo a dar carritazos sin comprar ni unas olivillas a la tercera vuelta me están quitando el carro y los vales descuento.
Aunque al final se ve que ni Duquesa de Cambrigde ni pepinos en vinagre, vino el de amarillo y le dijo que a jugar al castillo, que allí ya se podía poner a lo que estaba o dejaba el carrito a otro cliente.