Los paneles que guardan en el Huerto de Carlos del Albaicín la milenaria muralla zirí que se descubrió cuando se construía el aparcamiento están destrozados. Los restos de la muralla que atesora el ADN de Granada están cubiertos de basura y calamidad. Los vecinos denuncian la falta de compromiso del Ayuntamiento y de la Junta. En este blog, pedimos ayuda.

…. Y se compró un par de botellonas de birra bien fresquita, se las bebió en santa compaña con sus amigos. Se fumaron unos pitillos, escupieron al suelo, hicieron pis entre los matorrales, uno vomitó, otro más le dio por aguas mayores, dejaron las bolsas, la paciencia, la decencia y todo lo que sus honrados padres les enseñaron y, cuando se marcharon, tras disfrutar desde la Huerta de Carlos del Albaicín de uno de los atardeceres más bellos de su vida, cosa que hasta puede dudarse, lo de que disfrutaron, no del atardecer, lo que dejaron no fue poesía. Tampoco inspiración pintura, amor, veleidades, romance, besos o bailes. Cánticos acaso.

Solo dejaron mierda, basura, detritus, bolsas de plástico, suciedad orgánica de sus cuerpos nutridos de cerebros horadados. Y cascos vacíos de cerveza que, de alguna manera, volaron desde arriba hasta romper los paneles que protegen, con mimo, como una mano sabia y amorosa mece la cuna de su nieto recién nacido, los restos de una muralla zirí con más de mil años, que necesita la protección para respirar y no terminar de morir, ser recordada y, por tanto, querida.

Pues no, vean la imagen (foto y vídeo) de las heridas de cristal roto y suciedad que carcome lo que el tiempo no se ha podido llevar pero el vándolo atesora como una victoria cruel contra el tiempo.

Y ahora ¿Qué hacemos? Te pedimos ayuda. Salvemos el ADN de la historia de Granada. Gracias