Soy un poco friki. Lo reconozco. Una porción relativamente considerable del poco tiempo libre del que dispongo lo suelo invertir en investigar qué fue de todos aquellos deportistas que de algún modo u otro llamaron mi atención con el paso de los años. Uno de ellos, como no podía ser de otra manera, es el antiguo alero de baloncesto Goran Grbovic (09/02/1961). Aquel mismo que llegó a la ciudad de Granada en 1988 para acabar convirtiéndose en toda una referencia del equipo que pasó a denominarse Puleva, antiguo Oximesa.

Fichó en la madurez de su carrera, con 28 años. Y se le escapó el título de máximo anotador de la Liga ACB por unas décimas. Promedió 27,3 puntos por los 28,0 del tristemente fallecido Drazen Petrovic, que es a quien sí que superó desde la línea de seis veinticinco para acabar por convertirse en el mejor triplista del torneo. En la campaña posterior, y para sorpresa de quienes fuimos fieles al Pabellón de Albolote, fue ‘cortado’ al cuarto partido con la coartada de que había disminuido su rendimiento, aunque siempre sobrevoló la teoría de que pagó muy cara la osadía de haber protagonizado un lío de faldas con quien no debía. Total, que pese a que anunció que ficharía por algún otro equipo de España, o de Italia, no lo llegó a hacer, se retiró y ya empezamos a dejar de saber de él.

Pues bien, lo último que pude conocer de él es que Grbovic Grbovic se va a dedicar al desarrollo del baloncesto en las regiones de su Serbia natal, que es donde venía dedicándose también a ejercer como comentarista de diferentes medios. Y donde también se le cayó el pelo. Pero no por la golfería que pudo suponer su salida de Granada, sino porque pese a haber sido una auténtica máquina a lo largo de su carrera profesional demostró que él también es mortal como el resto de los humanos y que sufre de alopecia. En este sentido, hay fotos que hablan por sí solas.