Ups! Los vecinos han reabierto una biblioteca y no es noticia nacional.
Apenas tienes treinta años y estás fuerte, guapo y moreno, bronceado y musculoso, la juventud sale por tu piel y el Mediterráneo ayuda a corroborar que es el tiempo de los tiempos, la pleamar de tu vida.
Estás en Turquía, en una montaña, cuya falda desciende hasta dejarse besar por el Mediterráneo de la mitología griega, micénica y minoica, y tú estás ahí porque has ido y sabes que algún día lo contarás. Ese día, je je je, ha llegado.
Los generales de Alejandro el Magno, al volver de esa gira que les derrotó en vida pero les hizo entrar en la historia de mano de la gloria, fundaron ciudades o se quedaron con algunas que había y las hicieron ciudades luz.
Una de ellas fue Pérgamo, en la costa turca junto al Mediterráneo, descendiendo desde Troya y pasando Éfeso y antes de llegar a Mileto, donde el Mito dejó paso al Logos y así nos fue, descreídos y tontos.
Pero Pérgamo, en su día, resisitió a Egipto. y Alejandría, ahora vamos, y su Biblioteca, ergo conocimiento y también innovación, les hicieron boicot no de pan, no de vino, sino de papiro.
¿Qué hizo Pérgamo entera? Innovación social. Inventó el pergamino, mucho mejor que el papiro y justo el paso anterior al papel, que hasta ayer es el vehículo, todavía lo es, transmisor de conocimiento, la percha sobre la que Gutenberg cuelga su gloria (gracias Pérez Reverte, por la frase).
Al final la lección es que a la Cultura la puedes detener un par de décadas, pero siempre encuentra un vericueto para contar su parte de la historia.
Y eso es lo que está pasando, hoy, en el siglo XXI en Granada en la Biblioteca de las Palomas del Zaidín, que está contando su propia historia sin piedras, con mucho papel y enviando a los de las tijeras a un sitio que no creo que les guste demasiado.
Veamos quién y cómo termina de escribir esta historia maravillosa de libros no escritos y de pliegos que son papiros que son pergaminos y que bajo las yemas de estos dedos son bits que junto a los pixeles, generan un nuevo lugar misterioso donde me pasó lo siguiente:
«¿Sabes quién es este?»
Me lo preguntó Ella, en el altar de Pérgamo, en Turquía, con apenas treinta años, rodeados de historia por todas partes
-Ni idea, le contesté.
-Es Trajano, el emperador romano que fue socorrido en Pérgamo por un general de Alejandro el Magno. Trajano, el emperador que nació en Triana, el Emperador sevillano. Aquí está.
Conclusión, siempre hay un andaluz que te cambia la historia. Y lo que se juega en la plaza de las Palomas, visto así, empieza a ser algo más importante que un problema de barrio.
¿Qué dirán dentro de un par de siglos?