Mayo de 2010.
Paco Cuenca, que es desde hoy el nuevo alcalde de Granada, celebra el ascenso a Segunda División A del Granada CF en la Redacción de IDEAL. El periódico reunió aquella tarde a las viejas glorias del equipo y a notables de la ciudad y vimos el partido todos juntos. Nervios, sufrimiento, compañerismo y, al final, la victoria.
Es exactamente lo que le ha pasado a Paco Cuenca desde que se presentó como cabeza de la lista socialista por Granada para tratar de recuperar la Plaza del Carmen, donde el popular Torres Hurtado ganaba, ganaba y no dejaba de ganar.
Tras el fracaso de Moratalla, que ganó la alcaldía cuando tocaba perderla y la perdió cuando tocaba ganarla (en frase suya), y tras el fracaso de Torres Vela (que parecía más bien el candidato del stablishment y Torres Hurtado el del pueblo), el PSOE se sacó de la manga a un cuarentañero que venía de ser delegado de Obras Públicas y también de Innovación de la Junta en Granada, titulado universitario, guapo, atractivo, al menos, muy presentable, chanero de La Chana y Olé y más de Graná quelarcodelvira.
Todo el mundo decía entonces que «le ponen para que pierda y se quede» en la oposición. Y ahí se ha quedado, aguantando las mayorías absolutísimas del Partido Popular de Sebastián Pérez y de José Torres Hurtado hasta que, de repente, en un chiflío, al chiringuito se le han caído hasta los palos del sombrajo y la vara de mando de alcalde se ha posado, levemente como el ala del leve abanico, sobre su mano acostumbrada a perder y que sabe que ahora toca ganar.
«Javi, de veras, yo me presento para ser alcalde de Granada», me confió en la campaña electoral de mayo de 2011, con unas cañas ambos en las manos, en el Cunini. Me había citado para charlar, para hablar, para escucharme. Me sorprendió, en efecto. Pero fue un rato agradable donde tuve la fortuna de conocer a la persona que hay detrás del candidato y político Paco Cuenca. Esto, para un periodista, es oro molido.
Han pasado cinco años en los que nos hemos visto prácticamente a diario en las galeras de la Plaza del Carmen, donde la oposición trabajaba frente a la maquinaria del Partido Popular en unos despachos destartalados, como viejas mesas y sillas de oficina, sin apenas cobertura y con una conexión a internet que ni en Corea del Norte. Siempre estaba por ahí también Carlos Morán y muchos otros compañeros de los medios.
La verdad, es que ahora que va a cambiar todo, voy a echar de menos esos despachos donde nos pasó de todo. De todo. Era un ecosistema en sí mismo.
Ahora, me imagino que Paco Cuenca, mañana viernes, en su primer día de mandato como alcalde de Granada tras la sesión de investidura de hoy, se levantará como acostumbra para llevar a sus hijos al cole y después pedaleará Reyes Católicos arriba y candará la bici en la Plaza del Carmen. Sería algo más que un signo o una reivindicación.
También me gustaría que volviera al Papupa, donde celebramos uno de mis cumpleaños en los que pinchaba un barril, y que en ese local alguna banda local esté dando un pequeño concierto en directo.
Mi lista de deseos puede llegar a ser infinita. Pero voy a pedirle algo más. Que siga escuchando a todos los granadinos y granadinas, a toda la gente, a todos. Que no deje de escuchar a ninguno. Y que les responda a todos.
Mientras, seguiremos estando en la Redacción de IDEAL.