Hay tres tipos de hombres: los que viven frente al mar, los que se internan en el mar y los que logran regresar, vivos, del mar.
Faltan los hombres que aman.
Alessandro Baricco dejó escrito en Océano Mar el mejor compendio de sentimientos que un hombre puede aflorar. Junto a él, un compendio de adjetivos listos para ser lanzados en cualquier crónica periodística de postín.
Hoy no hay preguntas.
Deja si quieres un sentimiento.
Y ven. Sigo aquí.
-Océano Mar
Hace muchos años, en medio de algún océano, una fragata de la marina francesa naufragó. 147 hombres intentaron salvarse subiendo a una enorme balsa y confiándose al mar. Un horror que duró días y días. Un formidable escenario en el que se mostraron la peor de las crueldades y la más dulce de las piedades Hace muchos años, a orillas de algún océano, llegó un hombre. Lo había llevado hasta allí una promesa. La posada donde se paró se llamaba Almayer. Siete habitaciones. Extraños niños, un pintor, una mujer bellísima, un profesor con un extraño nombre, un hombre misterioso, una muchacha que no quería morir, un cura cómico. Todos estaban allí buscando algo, en equilibrio sobre el océano. Hace muchos años, estos y otros destinos encontraron el mar y volvieron marcados. Este libro explica el porqué, y escuchándoles se oye la voz del mar. Se puede leer como una historia de suspense, como un poema en prosa, un conte philosophique, una novela de aventuras. En cualquier caso, domina la alegría furiosa de contar historias a través de una escritura y una técnica narrativa sin modelos ni antecedentes ni maestros.
El tono de Océano mar no tiene comparación posible en la narrativa italiana, por la ascensión fantástica que no conoce pausas, por la gama emotiva que proyecta. En efecto, se pasa de la ironía más descarada a la melancolía más profunda, de la comicidad más sanguinolenta al pathos más comprometedor y menos patético. Esta novela, en la que proliferan ecos y alusiones -Conrad y Melville, Joyce y Beckett, Valery Larbaud y Perec, el Schumann de las variaciones y La balsa de la Medusa de Géricault- es la indiscutible confirmación de un talento original, capaz de insólitas sabidurías literarias y de inéditos abandonos. Mientras que Seda estaba construida siguiendo un único registro estilístico, en Océano mar se utilizan una gran variedad de técnicas: «a cada historia debe corresponder una música particular», en palabras del narrador y musicólogo Baricco.
–Negresses Vertes
Formed in 1987, is a French music group that is best described as a fusion of world music and some aspects of alternative rock. Tracks often feature acoustic guitar and accordion, with some containing other traditional instruments such as piano and brass. The group’s style is fairly upbeat and energetic on the majority of its tracks, with unusual rhythms, vocals delivered with a generous dose of zeal and vibrant energy, and accompaniment melodies ranging from lilting and distant to eccentric and fast-paced. These two factors give many of the group’s pieces a strong sense of direction.
Recuerda. Hay que besarse más. Y en verano, mucho más
Todos los posts de #31diasdeagosto
-Día 1: Los 400 golpes
-Día 2: A todo gas
-Día 3: The Motorcycle Boy Reigns
-Día 4: On the road
-Día 5: Trece Rosas
-Día 6: Easy rider
-Día 7: The Last Waltz
-Día 8: Martin Rock and Roll Scorsese
-Día 9: Travis, Luke, Beatrix, Catherune y Léon–
-Día 10: Natalie
-Día 11: BB
-Día 12: París
-Día 13: Sex
-Día 14: Un Negroni
-Día 15: Poke
-Día 16: Moloko
-Día 17: Tarantino Sound
-Día 18: Nick
-Día 19: Corto Maltés
-Día 20: Distopías
2 comentarios en 31 días de agosto: Baricco (Día 21)